Hoy me he levantado con un año más, un año más en busca de mi centro, de mi sabiduría, de mi yo más profundo, y me he dado cuenta que todavía queda mucho camino por hacer y que diariamente nos dan lecciones de humildad y de esperanza.
Ayer encontré la verdad en las palabras de una amiga cuando desmontó la versión no real que yo tenía de ella y delante de mí se abrieron canales de conexión y de amor infinito hacia alguien que lleva muchos años llevando una mochila con una cremallera rota, y con una habilidad grandísima para no quedarse con el contenido en los brazos.
Me siento muy identificada con todas las personas anónimas que luchan por encontrar su camino y que van dejando los apegos como migas de pan que son comidas por los pájaros.
Es un pequeño homenaje desde mi corazón a todas ellas.
Este texto no es mío, me hubiera gustado mucho escribirlo, pero soy honesta. Leelo detenidamente porque es la esencia misma del saber.
CONEXIÓN SAGRADA CON EL UNIVERSO
La amenaza para el equilibrio de la vida en la tierra y las catástrofes
"naturales" que se vienen sucediendo, de forma cada vez más
alarmante, tienen en el hombre su causa mejor definida y concreta.
No estamos respetando los valores y la riqueza de la naturaleza de la manera en
que nos vienen dados sino que los sometemos a la manipulación de lo que nos es
conveniente, con la visión de quien es incapaz de comprender la perfección que
encierran.
Si nuestra percepción es la de una mente insana, no podemos esperar que el
mundo en que vivimos, donde nos proyectamos esté mejor que nosotros. Es nuestra
consecuencia.
En el desarrollo de nuestra personalidad como individuos hay un factor cultural
y afectivo que degrada nuestra calidad humana perjudicando el medio en que
vivimos: los traumas infantiles y el bombardeo de valores y presiones sociales
hacen del hombre actual un auténtico depósito de material reprimido y oscuro.
El niño en su más tierna edad, literalmente se rompe, se escinde para dar gusto
a sus padres. Necesita y busca afecto y no dudará en ir contra las propias
emociones e instintos para conseguir el objetivo de aprobación y cariño. Se
produce en ese momento una desconexión con su propia naturaleza, una pérdida de
la virginidad sagrada emocional, que podrá permanecer para el resto de su vida.
Se negará a sí mismo en una especie de traición a lo más puro y personal con
tal de agradecer y recibir amor.
De la misma manera en el proceso de desarrollo de nuestra civilización se
separan bien y mal. Para preservar los valores que cada cultura defiende,
negamos las necesidades individuales en beneficio de las colectivas. Se
nos exige que expresemos sólo una parte de nuestra naturaleza, rechazando la
parte considerada como mala. Desde la expulsión de nuestros primeros padres del
Paraíso van de la mano civilización y pecado. Este es el precio por comer del
fruto del árbol de la sabiduría, el árbol del BIEN y del MAL.
Las partes rechazadas como malas, no desaparecen, quedan enterradas en lo más
oculto de nuestro inconsciente creando nuestra SOMBRA. Tanto desde el punto de
vista individual como colectivo hemos herido nuestra CONEXIÓN SAGRADA CON EL
UNIVERSO.
No tiene sentido negar el largo camino de nuestra cultura desde que asumimos
nuestra identidad como seres humanos. No podemos volver atrás. Sí podemos
encontrar caminos de sanación que permitan REDESCUBRIR LA CONEXIÓN SAGRADA CON
EL UNIVERSO.
Sólo exaltando la vida de una forma integrada y total, sin separaciones, ni
mutilaciones podrá haber futuro.
NUEVAS PALABRAS PARA NUEVOS TIEMPOS
Atendiendo al poder de las palabras que, al igual que los personajes de
ficción, crean y difunden nuevas realidades, algunos términos son imanes para
las personas a las que envuelven en su sentido imaginario.
Proponemos palabras diferentes para realidades que, esperamos, se avecinen.
Servirán tanto para introducirnos en esos nuevos escenarios como para mapear el
terreno a seguir. Serán embriones y modelos para los tiempos que nos tocarán
vivir. Si el futuro no se encamina por la vía de la sanación y la
espiritualidad simplemente no será posible.
TEODICEA
De niños, en el colegio, somos nosotros los que “aprobamos” los exámenes
pero son otros los que nos “suspenden”. La responsabilidad es nuestra en el
triunfo, no en la dificultad. A lo largo de la vida no solemos variar mucho de
actitud y normalmente asumimos los logros como propios adjudicando los
problemas a los golpes imprevisibles del destino.
Una mirada más atenta a nuestras circunstancias y retos nos permitiría ver
el “sentido del sinsentido”, la justicia profunda que hay atrás de los
acontecimientos.
La vida no siempre nos da lo que queremos, más bien lo que necesitamos, lo
que precisamos aprender para crecer como seres espirituales.
Si, al igual que analizamos el significado de los sueños, hiciéramos con
las circunstancias que nos ofrece la realidad, encontraríamos el motivo
profundo, la verdad del porqué nos pasa lo que nos pasa. Asumir la
responsabilidad de nuestra trayectoria vital es el primer paso para comprender
la justicia divina, el sentido del sinsentido. Es establecer el hilo de
contacto con el universo a través de la aceptación plena de que somos parte del
mismo.
SEIDAD
Ser quien soy. Vivir en el deseo de conocerme a mí mismo. Desarrollar la
inteligencia espiritual hasta el punto de identificarme cada vez más con el
sagrado telón de fondo de la existencia donde todo está conectado.
Después de la primera parte de la vida persiguiendo, sin ahorrar esfuerzos,
el ideal, una vez agotados los propios recursos, comenzamos a buscar dentro y
no fuera de nosotros mismos. Contactamos con nuestras zonas oscuras. El terreno
del inconsciente y las sombras nos conduce a espacios interiores que no son
exclusivamente nuestros, son comunes a los otros: Lo transpersonal. Ahí
comienza la verdadera aventura espiritual.
SOMBRA
La característica común de los valores en los diferentes lugares y tiempos
es lo poco que tienen en común: comportamientos y normas exaltados como buenos
en algunas circunstancias son rechazadas en otras. Bien y mal son relativos y
complementarios. Uno no puede vivir sin el otro.
Lo que consideramos como malo o feo, según el ideal en vigor, queda
enterrado en el pozo de lo inaceptable, manantial riquísimo de energía que
podrá volverse contra nosotros si no le prestamos la atención debida. De hecho,
la SOMBRA, suma de carencias y renuncias enterradas en el inconsciente, se
manifestará como enfermedad, grito desesperado de la energía presa y
encarcelada por acompañar atributos personales considerados indeseables o
socialmente inconvenientes.
Así, nuestra sombra, es proyectada sobre los otros, pues de la misma manera
que censuramos en nuestro interior lo que consideramos impropio, en el exterior
cerramos las puertas a las personas que representan esas características.
Detrás de una gran sombra hay una gran soledad… y un gran potencial.
DUALIDAD/DULCEIDAD
En el momento en que aceptamos nuestro SER ESPIRITUAL, nuestra SEIDAD, nos
aproximamos a una verdad que trasciende la polaridad con que funciona nuestra
mente lógica.
Nuestro pensamiento racional trabaja a través de la discriminación de pares
de opuestos; si, no, alto o bajo, dentro o fuera, pero esta dualidad, al igual
que la división LUZ y SOMBRA, no es característica de la UNIDAD SAGRADA, que
está por encima de esta visión incompleta o parcial. La trasciende en un todo
aglutinante, en una VERDAD SUPERIOR.
Sólo rindiéndonos a la DULCE SERENIDAD ABARCANTE DE LA CONCIENCIA,
superamos el dolor y la contradicción generados por los pares de opuestos
producto de la mente.
NIGREDO
Noche oscura del alma. Dolorosa digestión de sombras que inevitablemente
conduce a una liberación de niveles más profundos de energía.
Cuando queremos saber dónde está nuestro conflicto tan sólo debemos buscar
el aspecto de la realidad del que queremos huir. Ese es el indicador de nuestro
problema. Una vez detectado lo que nos limita, el segundo paso es llegar hasta
allí, pero es en el inconsciente donde se encuentra esa energía presa. Nuestro
inconsciente no es lógico, no sirve de nada llegar a él a través de la razón
porque no es su terreno ni su lenguaje. Si la represión fue emocional, también
emocional será la liberación y ahí será necesario utilizar las claves del
corazón.
Los grandes maestros religiosos enseñaron con el lenguaje de las emociones;
parábolas, fábulas, metáforas. El inconsciente no distingue entre la realidad o
un símbolo que lo representa, por eso entiende lo mágico, lo onírico, el arte y
el ritual religioso. Ahí podemos encontrar un terreno de entendimiento en donde
la mente aceptará contenidos que en otras circunstancias serían totalmente
rechazados.
Además de integrar habrá que liberar, dar rienda suelta a las emociones
para limpiar y sanar con su canal purificador. Es doloroso entrar en las zonas
oscuras y dividir nuestra mirada en dos, rompernos, aceptándonos como dos
realidades que coexisten en una sola conciencia.
CINCELADO O EGOCIDIO
El trono del ego se asienta sobre la SOMBRA. Tiene como báculo el control y
como respaldo el miedo y lo desconocido. El trabajo de ir limpiando con la
conciencia como cincel, nos libera poco a poco de nuestros fantasmas. Facilita
LA RECONEXIÓN SAGRADA CON EL UNIVERSO. La revelación de los nuevos espacios
conquistados nos proporciona una perspectiva más amplia de quiénes somos y cuál
es nuestra función en el mundo. Nos convierte en serenos espectadores del papel
que tenemos en el juego de la existencia; un instrumento del universo, una
FLAUTA al servicio de las DIVINAS MELODÍAS.
EL MAPA DEL TESORO
Nuestra sombra esconde un auténtico tesoro, la energía censurada y
reprimida por no corresponderse con el ideal social. Podemos acudir al cielo
buscando inspiración pero la energía, como oro negro, está en lo más profundo
del inconsciente.
El mapa que contiene la ruta para encontrarlo pasa por TEODICEA: Justicia
divina, formamos parte del universo y somos responsables de lo que encontramos
en nuestro camino. SEIDAD: Saber quién somos nos abre las puertas del
inconsciente y de aquello que nos trasciende, lo transpersonal. SOMBRA: Parte
oscura, almacén de riquísima energía que de no ser liberada nos conduce a la
enfermedad. DUALIDAD: Incapacidad del pensamiento racional de comprender la
VERDAD SUPERIOR de la UNIDAD SAGRADA. NIGREDO: Liberación de material reprimido
aprendiendo a ver dos realidades al tiempo en una sola conciencia. CINCELADO:
La talla del ego nos devuelve la conexión sagrada y nos hace conscientes de
nuestro papel como instrumentos del universo.