CAMPANAS BILAS

Yo andaba necesitada de un chute de vibración especial para afrontar un problema laboral que tendría  que solucionar  el lunes, y cuando me enteré de que Mark Pulido vendría al festival de Mantras de Madrid, no me lo pensé. Es lo que necesitaba. Los terapeutas necesitamos que también nos ayuden a relajarnos y a olvidar que, estamos en una dimensión donde los asuntos triviales se convierten casi cuestión de estado.
En el mismo momento en que Mark empezó a tocar, a hacer volar  sus campanas bilas, la vibración caló dentro de mí haciendo que me relajara y que perdiera miedo a lo desconocido, entré en un estado de reafirmación de mi Yo y sentí mi presencia, más allá de lo físico.
Los sonidos graves hicieron posible que mi estado de desasosiego desapareciera, igual que me ocurre con mis queridos cuencos tibetanos, y que nada me importara más que sentir el sonido sanados de las campanas bilas.
Una hora y cuarto de sentimientos, de afirmaciones, de corazón a corazón, con mi subconsciente mandándome mensajes de mi interior, de aquello oculto y que nos da miedo reconocer como nuestro. Todo eso en un lugar donde todos nos entregamos a su buen hacer, a su humildad y amor.