jueves, 20 de marzo de 2014

CAMPANAS BILAS

Hoy sigo hablando, porque para mí es apasionante, sobre el efecto sanador de la música, en todos sus ámbitos.
El domingo 16 de marzo asistí a un concierto de Mark Pulido con sus campanas bilas.
Yo estoy acostumbrada a la vibración y a sus efectos, me llamo cuenquera pues desde que descubrí los cuencos tibetanos, la vida me ha cambiado. Recibo tantas satisfacciones de ellos que me es imposible desligar mi vida ya de ellos.
Cuando el primer sonido de las bilas me traspasó el corazón, me enamoré de sus efectos armoniosos y sanadores.
Aquello parecía el paraíso emitiendo sus mejores sinfonías.
He investigado sobre las campanas y lo que he leído me entusiasma, sobre todo porque, como siempre, ya estaban descubiertas, provienen del siglo x, y su poder era benéfico.
Son unas campanas complejas de una alta frecuencia vibratoria.
Las bilas más grandes emiten infrasonidos y ultrasonidos, sonidos que están por encimo y por debajo de nuestro umbral de audición. A un nivel consciente no se pueden escuchar, pero igualmente las recibimos y son beneficiosas para nuestra mente y el cuerpo.
En ruso el verbo golpear suena como bit, es un instrumento que provenía de los cultos religiosos bizantinos. Era un antiguo instrumento de los monasterios rusos y su finalidad era reunir a la gente para anunciar algo a través de un sonido vacío y que se escuchara fuerte en todos los rincones del pueblo.

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