domingo, 1 de marzo de 2015

MI BOSQUE ENCANTADO

Todos tenemos un lugar especial donde nos encontramos con nosotros mismos, donde la vida tiene un parón y la energía del silencio, de la escucha y del amor protagonizan dichos momentos.
Es, el bosque encantado que todos nosotros creamos, ya sea con la imaginación o con la realidad, volcando nuestras sensaciones emotivas en un rincón mágico, adueñándonos (con permiso del lugar), de su identidad.
Mi bosque encantado desde hace mucho, mucho tiempo es un lugar donde, a pesar de la mano hiriente del humano que destrozó la hermandad del bosque con sierras y hachas, sigue intacta su gran energía de bosque sanador, a él voy y me refugio cuando, cansada de la ciudad me presento entre sus árboles y me doy como soy, un igual que necesita de su luz, de su energía, de su inmenso amor, que, aun diezmados, siguen emitiendo sin rencor.
Pero hoy, además de dejarme pasar y encontrarme con la energía de los que se fueron y de los que están, llegaron en mitad de la meditación consciente, dos pájaros (trinos sonoros) que a modo de sonidos binaurales (se mucho de esto, mis cuencos emiten sonidos que equilibran los hemisferios cerebrales) entraban en mi cerebro relajando mis pensamientos y llevando armonía a mi sentir.
¿Qué más podía pedir? La Naturaleza en un paréntesis de mi ajetreada vida me estaba regalando la paz que tanto anhelaba desde hacía unos días, me hacía vibrar con una frecuencia que habría el chakra corazón y me hacía sentir una, una con todo, y ante todo, conmigo misma, perdida en una maraña de problemas que voy encajando y asentando, y recibiendo del todo el aprendizaje que nos traen las dificultades. Un gran aprendizaje del que salgo reforzada y tranquila.
Gracias bosque de los pasos perdidos, gracias pájaros sin nombre que habéis regalado a mi Ser el refugio de la Paz y el Silencio. Gracias Sol que has hecho posible que todo entre de forma natural y beneficiosa.


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