Concierto en Inkarri |
Ya no me satisface tanta título rimbombante y ahora, carente de sentido en mi vida.
Me encuentro en un proceso evolutivo donde, como siempre, la música forma parte importante, esencial en mi andadura, pero de otra forma, más llena, más experimental, emocional y sensitiva.
He comenzado a desmontar la música, mejor dicho, las matemáticas de la música, esas corcheas, fusas y semifusas que han sido siempre mi frustración a la hora de ensayar a un clásico.
Ya no me interesa la cuadratura perfecta de los compases ni la armoniosa cadencia de los acordes perfectos.
Me interesa lo que dice y siente el corazón y desde esa nueva perspectiva, desde ese nuevo horizonte, mi visión del mundo ha cambiado.
En este momento tan apasionante de mi vida, que todo encaja y vislumbro un aprendizaje desde el alma, aparecieron (no me digas cómo ni de qué manera) los Cuencos Cantores y no menos digno de mención, el canto vocal de armónicos.
Conocía apenas su existencia por algún vídeo o alguna reseña en internet, pero en el momento que apareció la oportunidad de hacer algún curso, no me lo pensé. En realidad, ellos vinieron a mí y no podía ser de otra manera, igual que llegó a mí el pandero chamánico y la flauta nativa americana, silenciosos y con ganas de quedarse conmigo para siempre.
Desde el primer contacto ha sido un ensamblaje perfecto, mi creatividad al servicio de unos instrumentos que adquieren vida cuando la intención prevalece sobre todo lo demás. Intención de ayudar a sanar emociones, estrés, cansancio y dolores físicos.
Ahí es donde la magia aparece, y todo, todo puede hacerse realidad. Pero para sentir hay que creer, tener fe en lo que se siente, en lo que se percibe, en lo que los Cuencos Cantores nos enseñan.
No hay un día igual al otro porque no hay un síntoma igual a otro, y por supuesto, no hay una persona igual a otra. Esa es la gran realidad y el gran tesoro de la información que nos revelan. Su sabiduría ancestral a nuestra entera disposición.
La gran pregunta es ¿De dónde han salido estos instrumentos sanadores y quién ha transmitido su saber antiguo?
Te doy la respuesta contándote su historia, leyenda quizás, y tú juzgarás si merece la pena entenderlo o simplemente como he hecho yo, darle la bienvenida sin cuestionar su origen.
Quiero hablarte también de los cantos armónicos, un canto de una belleza tal que no te resistirás a investigar sobre ellos y quizás, a buscar un lugar en tu residencia donde impartan clases y enseñen a modular la voz.
Yo soy, como he dicho antes, maestra de música con un bagaje musical de más de 25 años, (entre otras cosas, toco la flauta travesera, percusión y canto coral) pero cuando me encontré con esta nueva técnica, sencilla, solo hay que creer en nuestras posibilidades, todo tuvo otro sentido, incluso las cuerdas vocales parecían que al vibrar con el canto, hablaban.
No creáis que al principio ocurrió la magia, no, yo escuchaba a mis compañeros de grupo que desde el primer momento subían y bajaban sin esfuerzo y yo me quedaba afónica en el intento de conseguir algo parecido. Pero perseveré...¡Cómo me esforcé!
Día a día mirándome al espejo (las muecas daban risa) hasta que, un buen día haciendo una comida en Navidad, entoné sin pensar y surgieron potentes los armónicos que desde aquel momento, no me abandonaron.
¿Qué hice? Dejar que surgiera de forma espontánea, sencilla y sin complicación. Tanto que no me di cuenta hasta que escuché varios tonos de mi voz haciendo coros.
¿Qué son los armónicos? Aquí te pongo una sencilla explicación para que lo entiendas.
La gran pregunta es ¿De dónde han salido estos instrumentos sanadores y quién ha transmitido su saber antiguo?
Te doy la respuesta contándote su historia, leyenda quizás, y tú juzgarás si merece la pena entenderlo o simplemente como he hecho yo, darle la bienvenida sin cuestionar su origen.
HISTORIA DE LOS CUENCOS
TIBETANOS
Muchas personas, a lo largo
de las últimas décadas, se han
dedicado a estudiar e intentar descubrir el gran
misterio de
los Cuencos Tibetanos. Hasta el día de hoy no existe
ninguna
evidencia de que fueron utilizados como
instrumentos sagrados sino como
recipientes para comer o
para pedir limosna.
Algunas narraciones dicen
que está prohibido, en el ámbito
de los monasterios, hablar acerca de los
cuencos y que los
altos Lamas los usan en rituales para viajar a otras
dimensiones y como herramienta de sanación. La leyenda
dice que los secretos
del sonido producen mucho poder y
que debe mantenerse oculto. El hecho de
escuchar el
sonido de los cuencos cantores detiene el diálogo interno
(el centro intelectual es suspendido y se activan los centros
sensoriales) haciendo
del Cuenco Tibetano
una herramienta
para la meditación, para hallar el centro,
y para inducir
trances. Son usados por los sanadores para tonificar y
equilibrar el campo de energía corporal.
Hay varias leyendas del
porqué y cómo se empezaron a
fabricar estos cuencos. Una de ellas es que hace
mucho
tiempo cayó un meteorito cerca de un poblado. De ese
meteorito quedaron
restos dejando una aleación natural de
varios metales. Al fabricar con dicho
metal un cuenco para
las ofrendas sagradas budistas, se dieron cuenta del
sonido que proporcionaba al hacerlo sonar con una vara de
madera. A partir de
ese momento comprobaron los
beneficios obtenidos, cuando las embarazadas comían
en
estos cuencos, les aportaba una gran cantidad de
minerales necesarios para
el buen estado de la gestación.
Los verdaderos Cuencos
Tibetanos están compuestos de
una aleación de siete metales, correspondiente a
los siete
cuerpos celestes y que son los mismos que los elementos
alquímicos;
están fabricados mediante un proceso
totalmente artesanal. Los siete elementos
de los que debe
estar compuesto un cuenco son:
Oro representando al Sol.
Plata representando a la Luna.
Cobre representando a Venus. Hierro
representando a
Marte.
Estaño representando a Júpiter. Mercurio representando a
Mercurio. Plomo representando a Saturno.
Cuando se trabaja con los
Cuencos Tibetanos, bien sea en
terapia o en una meditación se consiguen
resultados
rápidos, debido a que al tocarlos, emiten una onda
vibratoria que
entra en resonancia con el Aura y cuerpos
energéticos de la persona que los
está escuchando ya que
el ser humano está compuesto de un 75% de agua y el
agua
es un maravilloso conductor para el sonido, éste
ayuda a que la vibración del
cuenco se expanda más rápido
en el cuerpo trabajando incluso a nivel celular.
Quiero hablarte también de los cantos armónicos, un canto de una belleza tal que no te resistirás a investigar sobre ellos y quizás, a buscar un lugar en tu residencia donde impartan clases y enseñen a modular la voz.
Yo soy, como he dicho antes, maestra de música con un bagaje musical de más de 25 años, (entre otras cosas, toco la flauta travesera, percusión y canto coral) pero cuando me encontré con esta nueva técnica, sencilla, solo hay que creer en nuestras posibilidades, todo tuvo otro sentido, incluso las cuerdas vocales parecían que al vibrar con el canto, hablaban.
No creáis que al principio ocurrió la magia, no, yo escuchaba a mis compañeros de grupo que desde el primer momento subían y bajaban sin esfuerzo y yo me quedaba afónica en el intento de conseguir algo parecido. Pero perseveré...¡Cómo me esforcé!
Día a día mirándome al espejo (las muecas daban risa) hasta que, un buen día haciendo una comida en Navidad, entoné sin pensar y surgieron potentes los armónicos que desde aquel momento, no me abandonaron.
¿Qué hice? Dejar que surgiera de forma espontánea, sencilla y sin complicación. Tanto que no me di cuenta hasta que escuché varios tonos de mi voz haciendo coros.
¿Qué son los armónicos? Aquí te pongo una sencilla explicación para que lo entiendas.
CANTO
VOCAL ARMÓNICO
El Canto Armónico es una técnica y forma artística que
tuvo
su desarrollo en Mongolia y Asia
central, así como en Sudáfrica. Se cree
que estos cantos,
en alguna época remota, se utilizaron como parte de un
ritual
en ceremonias cabalísticas o logias masónicas;
incluso hay teorías que afirman
que fueron utilizados en las
civilizaciones de la Atlántida, del Antiguo
Egipto
y de los mayas centroamericanos.
Los Cantos Armónicos los descubrió Pitágoras, que además
de
filósofo y matemático, era músico. Pitágoras estudió el
sonido y la vibración y
se dio cuenta de que todos los
sonidos se componen de vibraciones o frecuencias
múltiples y que nuestros sonidos perciben esas
vibraciones. Los armónicos son
los constituyentes del
sonido. Estos elementos, de gran importancia para los
humanos, es lo que hace que seamos capaces de
diferenciar un sonido de otro.
La voz humana es el instrumento más rico en armónicos,
gracias a la capacidad
de ajuste y afinación, más allá de
cualquier instrumento musical. La persona
emite un sencillo
y potente zumbido y, utilizando técnicas diversas, hace que
la parte superior de su cuerpo se convierta en una caja de
resonancia,
utilizando para ello todas las partes que tiene a
su disposición: el cráneo,
los conductos nasales, la faringe,
la lengua, los labios, las mejillas, etc.
canaliza el
sonido de forma diferente a un cantante “normal”, utilizando
técnicas diferentes a las utilizadas en canto. El sonido
alcanzado es increíble
y sólo escuchándolo es posible creer
lo que se escucha; surge un sonido claro y
bello, de tono
aflautado. En algunos casos, el cantante
consigue alcanzar el
armónico 16 o incluso más alto.
También es conocido como de garganta, es una técnica
vocal en la cual un único cantante produce dos tonos
distintos simultáneamente.
El primero es un bajo similar a
los de la gaita, algo parecido a un sonido
gutural. El segundo son unas resonancias parecidas a la de
la flauta que pueden
ser adaptados a inflexiones parecidas
al canto de los pájaros o a sonidos
creados por la
naturaleza. El zumbido que provoca los armónicos tiene un
poder
curativo, meditativo y espiritual.
El armónico está basado en la escala natural de armónicos
basada en las leyes
naturales y
representando las divisiones naturales de la nota musical,
mientras
que en occidente se ha optado por un sistema
musical antinatural (más
comprensible matemáticamente)
que divide la octava en doce semitonos.
En el momento en que escuchamos armónicos, nuestro
cerebro tiene una agradable sensación de familiaridad,
como si ya los hubiese escuchado con anterioridad.
Los Cantos Armónicos poseen aplicaciones terapéuticas de
diferente tipo, aunque lo principal está relacionado con la
meditación profunda.
El sonido de los Cantos
Armónicos contribuye a
equilibrar la
energía cerebral y a liberar el estrés, ansiedad, baja
autoestima, cansancio, falta de energía, depresión,
desequilibrio de chakras….
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