Hoy retomo mi quehacer diario (que olvido cuando me pierdo en el día a día) y que más satisfacciones me da, escribir sobre mis sensaciones, mis emociones.
El jueves día 23 de enero dimos un concierto taller de cuencos tibetanos y canto armónico en el museo antropológico de Madrid.
la sala escogida, bien por eliminación, bien por descarte, lo mismo da, fue maravillosa. Tengo que hablar de la energía que inundaba, la luz, el colorido, y el poder de unas fotografías de mujeres del mundo, que han sufrido agravios y han podido salir hacia la vida con coraje y valor.
Fotos de mujeres maltratadas, mancilladas, ultrajadas pero con una luz que hizo de nuestro concierto un punto de energía y vibración que llegó a cada uno de los presentes, a cada rincón de la sala.
Yo me sentí transportada hacia un lugar en mi interior que conectó con sus retratos de tal manera que sentí dentro de mí que tenía algo de cada una de ellas, y me hizo volar hacia mi corazón.
Por eso, les doy las gracias. Gracias a esas mujeres anónimas que han tocado mi corazón.
estas muy guapaaaaaaaaa, y me encanta todo lo que has escrito. un besazoooooo.
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