martes, 22 de octubre de 2013

Niños con el corazón partido

Siendo maestra hoy me toca escribir la gran decepción de mi estar, cuando no he podido relajar a un alumno y me he dejado llevar por mi cabeza, y no por el corazón.
La teoría la conozco muy bien y creo que soy una persona con una gran capacidad para amar y para ayudar, pero a veces me encuentro en un callejón del que salgo a trompicones.
No he de flagelarme, lo sé, pero cuando las situaciones sobrepasan el entendimiento, he de concentrarme en el amor, y no siempre es así.
La vida es un gran aprendizaje, y darse cuenta de ello nos hace madurar como personas, yo soy alumna de mis alumnos, ellos me marcan el camino, me ayudan a ser  especial, y cada día me muestran la luz. Me piden paciencia, me dan sonrisas, me calman la ansiedad, apagan mis gritos. ¿Qué más puede pedir un profesor? Estar a la altura. Poder dar el gran salto con ellos y hacer crecer creatividad alrededor. Confianza en el poder de sus mentes, amor desde el corazón.
Mañana, mañana será otro día.
la música, que es gran compañera en mi vida, siempre es bálsamo para mi alma. os regalo esta tarantela medieval.



No hay comentarios:

Publicar un comentario