lunes, 18 de agosto de 2014

APUNTES DESDE EL CORAZÓN

"Agua, valle, grandeza, armonía, soledad, apertura, gentiles, amados, creadores, benefactores, sonrisa, felicidad".
Palabras que surgieron de mi lápiz una noche limpia de sonidos y llena de recuerdos.
BHUTAN tierra de todos y de nadie. Tierra infinita que alarga su letargo desde  el Everest hasta el  
Monasterio de Taksang, donde uno camina hacia el cielo, para fundirse con los cantos tibetanos que te transportan a un mundo que no es de este mundo, es de un mundo que no tiene pasado ni futuro, es, lo que es, el momento presente en que surge delante de ti, las montañas más sagradas del mundo, donde nadie puede subir, por ser adoradas y mágicas, y desde su morada, mandan un llamamiento de paz y armonía.
Una creencia hace que la vida sea llevadera. El orgullo de ser, de pertenecer más allá de las fronteras, a una raza de seres intocables, y de lugares inexpugnables que nunca fueron conquistados.
Hombres y mujeres honrados conocedores de la verdad, la verdad que ellos en su firmeza saben que sólo está en el corazón.
Moviéndose desde esa dimensión, la del corazón, el respeto se extiende más allá de ellos mismos. No pretenden la iluminación, quieren tener vidas vividas, desde la contemplación de la naturaleza (venerada, respetada, resguardada y protegida por leyes inflexibles que lleva a la cárcel quienes las incumplen), hasta tantas veces mancillados sus nombres, la compasión, y el amor y el respeto por la vida de uno y del otro.
Paisajes, oraciones, peregrinación...se funden y el día parece no tener fin.
Mantras silenciosos llenan el aire, espacios vacíos llenándolos de religiosa contemplación. Monjes, Monasterios y niños en amplia armonía llevando su vida, en el día, desde que amanece, con risas y profundas miradas.
No sabes donde comienza la leyenda, ni donde la ilusión de que es posible equilibrar modernidad y tradición.
Un encuentro con un pasado y futuro que nos da esperanza. Pero sobre todo, sus humildes enseñanzas, alcanzar a través  de la meditación el Nirvana, o estado iluminado.
Para llegar al Nirvana, amigo mío, has de llegar a ti, a tu centro, como la rueda de un mandala con sus tres partes mágicas: percepción, cuerpo y emoción.
Percibir al otro como es, sin juzgar, manifestar con el cuerpo a través de la meditación el sosiego, y las emociones te llevan al mandala secreto, que no es ti más ni menos, que tu SER.
Nunca serás igual que fuiste, algo cambia en tu manera de ver, de sentir, de mover tu mente. Y sobre todas las cosas, que un mundo donde el respeto se premia, y donde la naturaleza es venerada, es posible.
Debemos, desde nuestros lugares de origen, cada uno, conseguir que los gobiernos escuchen esta verdad . Que todos, todos, somos uno, y si agredimos sin piedad a un hermano, animal o árbol, nos hacemos daños a nosotros mismos.






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